Cuidar la salud en época de lluvias
Fecha de publicación: 01 junio 2018
En temporada lluviosa aumentan en gran proporción las posibilidades de contraer un resfriado o una gripa. Tener en cuenta las recomendaciones señaladas en el presente artículo es muy útil para prevenir y proteger nuestra salud durante los cambios del clima.
El resfriado común es causado por aproximadamente 200 virus diferentes y a diferencia de la gripe o Influenza, que es causada por el virus de la influenza, se presenta con mayor frecuencia y tiene síntomas menos severos que la gripe.
Está comprobado que con la lluvia, suele llegar la gripa y el resfriado. Durante la temporada invernal, las personas tienen alta probabilidad de contraer enfermedades de este tipo, debido –en gran parte– a que en ésta época las personas se pueden mojar y a que los niveles de radiación ultravioleta disminuyen, lo que representa un efecto directo sobre la cantidad de vitamina D que el cuerpo humano está en capacidad de producir.
Diversos estudios han probado que la vitamina D aumenta el nivel de inmunidad del ser humano, dado que está involucrada en la fabricación de una molécula antimicrobiana que limita la capacidad de virus de la gripe.
La gripe y el resfriado afectan principalmente los pulmones, la nariz y la garganta y se presenta con síntomas como: fiebre, escalofríos, dolor muscular, tos, congestión y secreción nasal, fatiga y dolor de cabeza, entre otros. La gripa ataca con mayor facilidad a niños pequeños, adultos mayores, mujeres en estado de embarazo y pacientes con enfermedades crónicas, en vista de que hacen parte de una población cuyo sistema inmune suele ser más débil de lo normal.
¿Cómo prevenir la gripa?
Según los especialistas, la mejor manera de protegerse del resfriado y la gripa es lavándose las manos con agua y jabón frecuentemente (frotándolas durante 20 segundos aproximadamente); evitando tocarse la boca, la nariz y los ojos; y guardando distancia, en lo posible, de quienes ya están infectados. De igual forma, se recomienda revisar con el médico personal la aplicación de la vacuna anual contra el virus de la influenza para evitar que esta infección aparezca ya que tiene síntomas más severos.
Aunque resulta difícil evitar todos los gérmenes, una forma de blindarse contra la gripa es fortalecer el sistema inmune. Dormir el tiempo necesario, hacer ejercicio y llevar una dieta equilibrada son algunas de las prácticas que ayudan a reforzar el sistema inmunitario. Por otra parte, los altos niveles de estrés y el cigarrillo deben evitarse si se quiere contar con un sistema inmunológico fuerte.
¿Cómo tratar la gripa?
Lo primero es visitar al médico personal y que sea él quien defina un tratamiento a seguir. Una vez contraída la gripa, deben tomarse algunas precauciones para evitar que se propague el virus. En la medida de lo posible, la persona debe guardar reposo y quedarse en casa para no exponer a otros a la infección; al momento de estornudar, debe procurar alejarse de quienes estén a su alrededor; se debe toser o estornudar en un pañuelo de papel y desechar los papeles usados, con el objetivo de que no lleguen a ser manipulados por otras personas.
Para el cuidado de la gripa, se pueden realizar algunas medidas adicionales a las definidas por el médico titular, por ejemplo, hacer gárgaras de agua tibia –mezclada con sal, jugo de limón o miel–, para aliviar el dolor de garganta; beber muchos líquidos para prevenir la deshidratación (las bebidas calientes pueden servir para disminuir la congestión y el malestar de garganta); respirar el vapor proveniente de una ducha caliente u otro medio (esto puede ayudar a disminuir la congestión y la presión nasal); y soplar la nariz correctamente (bloqueando una fosa nasal y exhalando suavemente por la otra).
En caso de presentar altas temperaturas corporales por un período prolongado, síntomas persistentes o malestares inusuales –como dolor en el pecho–, es importante que la persona contacte nuevamente a su médico para prevenir complicaciones. Adicionalmente, se debe evitar la automedicación y se debe controlar el uso de antibióticos que no son efectivos contra el catarro y la gripe, ya que estos son causados por virus y no por bacterias.